Hayashi
Yuki

Yuki hayashi posando en su jardín

Pirapó

En el Pirapó de los años 1971, boscoso, con caminos de tierra y muchas piedras, nacía Yuki en casa de Don Toshinori y Doña Takimi, sus padres, quienes inmigraron desde Japón y se asentaron en Paraguay.

En su sencilla casa de madera y tejas, alejada de vecinos y otros niños, Yuki jugaba con Toko, el perro mascota de la familia.

Un día Don Toshinori, quien normalmente era de poco conversar y contar historias le dijo: “Si comés la ensalada de cebollita (que no le gustaba) podrás ver de noche y también volar como las luciérnagas”. Allí en las noches de verano se observaban tantas luciérnagas que semejante promesa o ilusión fue muy convincente.

Bellas Artes

Se despidió de las luciérnagas y Yuki vino a estudiar a Asunción. En el último año de colegio por recomendación del profesor de artes, decidió ir a la Escuela de Bellas Artes. (Hoy Instituto Superior de Bellas Artes).

En el año 1994 al inicio del cuarto año llega a la Escuela de Bellas Artes una Sra. muy elegante y les dijeron que sería la profesora de pintura. Era Christa Reymold.

Sus clases eran metódicas, estructuradas y de mucho aprendizaje. Pero lo que más le atrajo eran en sus exposiciones. Visitó varias veces a la Galería Belmarco de Martha Manchini y soñó pintar como ella.

Japón

Concluidos en 1996 sus estudios en el Instituto de Bellas Artes de Asunción, Yuki obtuvo una beca de cuatro años para realizar en Japón una maestría en pintura tradicional japonesa. La experiencia le resultó ardua al comienzo pero constituyó un aporte fundamental a su trabajo. Creo que si tuviera que resumir este aporte diría, según mi parecer, que el mismo se basó tanto en el aprendizaje de técnicas y medios como en el entrenamiento de la mirada: el estudio del saber mirar, el ejercicio de hacerlo con paciencia y desde tiempos y posiciones diferentes; el ejercicio de buscar con los ojos el sentido, más allá de los sentidos, que guarda o podría guardar cada objeto presentado (y sustraído al mismo tiempo). Escobar, T (2018) La verdad de la sombra de la flor, Editorial Fotosíntesis. Asunción, Paraguay.

Actualidad

Desde que ella perseguía a las luciérnagas hasta la actualidad pasaron muchas cosas; 45 años, muchos sueños, ilusiones y temores que no dejan abiertas las posibilidades.

En el año 1999 el Museo Nacional de Tokio expuso la obra “Victoria guiando al pueblo” de Eugene Delacroix, obra perteneciente al Museo de Louvre.

Yuki haciendo una fila de tres cuadras en la llovizna pensaba: “Debo ver estas obras que están en los libros del arte. Porque si no aprovecho ahora, en Paraguay jamás tendría la oportunidad de ver”. Para la Yuki que estaba en esa fila, era impensable que más adelante estaría viajando y volver a ver la misma obra en el museo de Louvre, ver el Retrato de Ginebra de Benci de Leonardo da Vinci en Washington, o Nacimiento de Venus de Botticelli en Florencia.

Comprendiendo a la posibilidad de creer que aún lo impensable es posible.

yuki posando con su obra en su casa una planta con sombra del jardin de yuki

Hoy día vive y trabaja en un pequeño taller en Asunción. Dicta talleres y es docente en Bellas Artes.

Se relaciona activamente con una galería y curador de arte con quien comparte su visión.